viernes, 6 de abril de 2012

Crítica semanal - 1

Alejandro Quiroga - "Catastro para eliminar los obstáculos” - en sala Gasco




Parto comentando, que para ser una muestra un tanto reducida en tamaño y recorrido, el contenido visual y técnico de las obras es muy acogedor, ¿acogedor en qué sentido?, muy grato de observar.
              Mucho llama la atención, la facilidad de movimiento entregado a cada una de las obras con la pincelada, como si Quiroga al pintarlas estuviera armonizando una simple y rápida improvisación, además por la sencillez de material que se logra distinguir, la poca gama de colores que unifica compositivamente toda la muestra, y que contrastan para obviar esa característica de sombra o contraluz presente en todas las creaciones, pero aún así resalta brillos y luces para jugar con esa precariedad de material y hacerla más sutil.

              Me concentré precisamente en una de sus obras, “Torre guarda parques 4”; debido a cierto contenido que he estado investigando en otras asignaturas quise tomar esta obra como referencia; me causa inquietud el tema de la “observación”, el acto de reconocer y advertir un hecho o suceso, acto que depende de nuestra concentración, y donde normalmente buscamos un lugar grato para ello, lugares de altura, que nos protejan, o bajos, para advertir la majestuosidad de lo contrario.
 
Pero más me intriga el momento en que el observador se transforma en el observado, directa o indirectamente. Y esta obra alude a ese momento, provoca en mi, al ser la observadora del cuadro, al observar la torre y la caseta en la cima de ella, donde un guarda parques divisa el peligro y que en ese instante se siente observado por mí, la misma sensación a la inversa, me siento observada por él, lo intrigante es que no puedo verlo directamente, es la sensación de que está allí, pues si hay una torre de vigilancia, es porque alguien está atento ahí.
              También nace en mí un leve sentimiento de soledad y miedo, soledad porque en la generalidad de la pintura no hay ninguna presencia de cualquiera otra persona, es solo el camino vacío y la torre, y miedo por la anterior observación mutua pero sin contacto visual directo lleno de misterio.
               En general me pareció una buena exposición, sencilla pero intrigante a la mirada, y en lo personal creo que fue de gran ayuda para comprender el ejercicio que estamos realizando en clases, con el asunto de la mancha y los valores que estamos utilizando en nuestras pinturas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario